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Lactosa e intolerancia a la lactosa

La lactosa es un azúcar formado por dos componentes, glucosa y galactosa. Está presente de forma natural en todas las leches de los mamíferos (vaca, cabra, oveja, ser humano), por lo que suele ser llamado “azúcar de la leche”, y en muchos alimentos preparados. Nuestro cuerpo necesita una enzima llamada lactasa para descomponer la lactosa y poder digerirla correctamente. Si la cantidad de lactasa que producimos es pequeña, o esta no realiza bien su función de ruptura de la lactosa, aparecen dificultades en la digestión de la lactosa.

Figura 1. Intolerancia a la lactosa.

¿Qué es la intolerancia a la lactosa?

La intolerancia a la lactosa, también conocida como intolerancia a lácteos, a la leche, deficiencia de disacaridasa o lactasa, es la incapacidad de digerir cantidades habituales de lactosa sin molestias.

La intolerancia se produce cuando no fabricamos en nuestro intestino delgado suficiente lactasa para romper toda la lactosa que consumimos por lo que, aquella que no rompemos, no se puede absorber en el intestino delgado y pasa al intestino grueso, donde es descompuesta por las bacterias de la flora intestinal.

Esta descomposición produce una serie de sustancias que son causantes de los síntomas característicos de la intolerancia a la lactosa: dolor e hinchazón abdominal, diarrea, náuseas y vómitos, gases, etc. Otros síntomas derivados de la alteración de la mucosa intestinal que este proceso provoca son cansancio, dolores en brazos y piernas, alteraciones en la concentración, problemas cutáneos, nerviosismo, etc. Es importante detectar esta intolerancia y tomar medidas ya que la lesión que se produce en la mucosa intestinal puede agrandarse y será cada vez más difícil de resolver.

La sensibilidad a la lactosa puede variar mucho entre unas personas y otras. Algunas personas notan sus efectos inmediatamente tras tomar pequeñas cantidades mientras que en otras personas es difícil establecer la relación causa-efecto y pueden no manifestar síntomas durante toda su vida si no toman más de una cierta cantidad de lactosa al día. Cada persona debe conocer cuál es su nivel de tolerancia. La sensibilidad a la lactosa puede modificarse con el tiempo y con el estado de salud, ya que determinadas situaciones pueden propiciar una intolerancia temporal a la lactosa.

 

¿Cómo se diagnostica la intolerancia a la lactosa?

Si sospechas que puedes tener intolerancia a la lactosa, es importante consultar con un médico. El diagnóstico se puede realizar a través de pruebas como:

  • Prueba de aliento: se mide la cantidad de hidrógeno en el aliento después de beber una solución de lactosa.
  • Prueba de sangre: se analiza la cantidad de glucosa en sangre después de beber una solución de lactosa.
  • Biopsia del intestino delgado.
  • Test genético.

Figura 2. Diagnóstico de la intolerancia a la lactosa.

Tipos de intolerancia a la lactosa

Existen diferentes tipos de intolerancia a la lactosa, cada uno con sus propias características:

  • Intolerancia primaria a la lactosa: es el tipo más común de intolerancia a la lactosa, pues más del 70% de la población mundial la padece y tiene origen genético. Suele producirse a lo largo de la vida y se manifiesta al notar cada vez más síntomas con la toma de leche o productos derivados. Generalmente se desarrolla en la adolescencia o la edad adulta. La solución es suspender la toma de productos con lactosa.
  • Intolerancia secundaria a la lactosa: puede ocurrir cuando hay daño en el intestino delgado, como resultado de una enfermedad, cirugía o infección. Esto hace que el cuerpo produzca menos lactasa temporalmente. Una vez que el intestino se cura, la producción de lactasa puede volver a la normalidad. Posibles causas de disminución de producción de lactasa:​
    • Problemas intestinales provocados por virus, bacterias o parásitos.
    • Enfermedades intestinales como la Enfermedad de Crohn.
    • Intolerancia a las proteínas de la leche de vaca.
    • Malnutrición ligada a diarrea prolongada.
    • Operaciones quirúrgicas del intestino delgado.
    • Toma de ciertos antibióticos.
    • Situaciones de malnutrición como anorexia o bulimia.
  • Intolerancia congénita a la lactosa: es una forma rara de intolerancia a la lactosa que se hereda genéticamente. Los bebés nacen con una deficiencia de lactasa y deben evitar la leche materna y los productos lácteos desde el nacimiento.
  • Intolerancia adulta a la lactosa: algunas personas desarrollan intolerancia a la lactosa en la edad adulta, incluso si toleraban bien los productos lácteos en el pasado. Esto puede deberse a cambios en la producción de lactasa o en la composición de la microbiota intestinal.

 

¿Es necesario eliminar por completo la lactosa de la dieta?

No es necesario eliminar por completo la lactosa de la dieta, a menos que seas intolerante a ella. Muchas personas con intolerancia a la lactosa pueden tolerar pequeñas cantidades de lactosa o consumir productos lácteos sin lactosa.

Desde el punto de vista nutricional, no es recomendable eliminar el consumo de leche y lácteos si no eres intolerante a la lactosa, ya que son los alimentos más ricos en calcio. Si no se consume leche, puede producirse falta de minerales y vitaminas presentes en cantidades importantes en ella, como el ya citado calcio, la vitamina D, la riboflavina y otras proteínas. Las complicaciones más frecuentes son la pérdida de peso y la malnutrición. Por tanto, es esencial consumir otros productos ricos en estos componentes.

Por otra parte, si no se quiere renunciar al sabor y propiedades nutritivas de la leche de vaca, se puede consumir leche baja o sin lactosa, en la que la lactosa se ha eliminado o “descompuesto” previamente. Igualmente, ya existen derivados con las mismas características (quesos, yogures, batidos, natas, etc.). También existen cápsulas de lactasa que se pueden utilizar como suplemento en algunas comidas ya que su efecto en momentáneo y la dosis dependerá del nivel de intolerancia y la cantidad de lactosa que se haya tomado.

 

¿Cómo manejar la intolerancia a la lactosa?

Si se confirma la intolerancia a la lactosa, existen formas de manejarla:

  • Limitar o evitar alimentos ricos en lactosa: limitar o evitar productos lácteos o consumir alternativas sin lactosa.
  • Suplementos de lactasa: tomar suplementos de lactasa antes de consumir alimentos con lactosa.
  • Probar productos sin lactosa: existen productos lácteos sin lactosa disponibles en el mercado.
  • Incluye en tu dieta alimentos ricos en calcio que no contengan lactosa, como brócoli, almendras y verduras de hoja verde.

 

¿Es lo mismo intolerancia a la lactosa que alergia a las proteínas de la leche de vaca?

No es lo mismo, ya que la alergia a las proteínas de la leche de vaca es una reacción de nuestras defensas frente a dichas proteínas, y la lactosa no es una proteína, sino que es un azúcar. Por tanto, y aunque el origen es el mismo (la leche de vaca), hay alimentos aptos para personas intolerantes a la lactosa que no lo son para personas alérgicas a las proteínas de la leche de vaca.

  Intolerancia a la lactosa Alergia a la proteína de la leche de vaca
ORIGEN Deficiencia enzimática Reacción inmunológica
CAUSA Lactosa (azúcar) Proteína de la leche
SÍNTOMAS Diarrea, gas, hinchazón Eczema, diarrea, anafilaxia
POBLACIÓN Básicamente adulta Básicamente infantil
TRATAMIENTO Dieta eliminación Fórmulas infantiles

 

Intolerancia a la lactosa y medicamentos: lo que debes saber

Si tienes intolerancia a la lactosa, es importante tener en cuenta que este azúcar también puede estar presente en algunos medicamentos. Conocer cómo manejar la intolerancia a la lactosa en relación con los medicamentos puede ayudarte a evitar problemas y mantener una buena salud. Dispones de más información sobre la lactosa como excipiente en medicamentos en el tema “Excipientes de declaración obligatoria”.

¿Cómo Identificar la Lactosa en los Medicamentos?

Si tienes intolerancia a la lactosa, es importante revisar cuidadosamente los prospectos de los medicamentos. La lactosa se menciona como un excipiente de declaración obligatoria, lo que significa que debe estar claramente indicada en la lista de ingredientes.

¿Qué Hacer si un Medicamento Contiene Lactosa?

Si estás tomando un medicamento que contiene lactosa y tienes intolerancia, aquí hay algunas recomendaciones:

  • Consulta con tu médico o farmacéutico: infórmales sobre tu intolerancia a la lactosa y pregunta si hay alternativas sin lactosa disponibles.
  • Revisa la cantidad de lactosa: algunos medicamentos pueden contener cantidades muy pequeñas de lactosa que podrías tolerar. Consulta con un profesional de la salud.
  • Toma el medicamento con alimentos: si no hay alternativas disponibles, consumir el medicamento con alimentos puede ayudar a diluir la lactosa y reducir los síntomas.
  • Toma suplementos de lactasa: si no hay alternativas sin lactosa disponibles, puedes considerar tomar suplementos de lactasa junto con el medicamento.

¿Todos los Medicamentos Contienen Lactosa?

No, la lactosa no está presente en todos los medicamentos. Muchos medicamentos utilizan otros excipientes en lugar de la lactosa. Si tienes intolerancia a la lactosa, es importante revisar cuidadosamente los prospectos de los medicamentos y consultar con un profesional de la salud para encontrar opciones adecuadas.

 

¿Qué hemos aprendido?

  1. La intolerancia a la lacotsa se produce por una baja cantidad de LACTASA en nuestro intestino delgado.
  2. El déficit de lactasa puede tener un origen genético o ser secundario a otras enfermedades.
  3. Para evitar los síntomas es necesario consumir una alimentación sin lactosa, aunque suplementada con los nutrientes que nos aporta la leche.
  4. Los medicamentos pueden contener lactosa en su composición, por lo que es importante inoformar al médico o farmacéutico al respecto para adecuar el tratamiento.

Fecha de actualización: 26/05/2024
Coautores: Farmacotecnia