Asma
El asma es una enfermedad crónica del sistema respiratorio que afecta a personas de todas las edades.
Se debe a la inflamación y contracción de los músculos que rodean las vías respiratorias, estrechándose. Esta reducción provoca que en ocasiones se presente dificultad para respirar.
El asma se suele iniciar antes de los 10 años, y es menos frecuente que el inicio de los síntomas asmáticos se produzca después de los 40 años. En niños es más frecuente en los varones y en adultos en las mujeres.
La frecuencia varía en diferentes áreas geográficas, es mayor en zonas costeras y depende en gran parte de los factores relacionados con su aparición.
¿Cuáles son las causas de su aparición?
No está claro por qué algunas personas padecen asma; sin embargo, es probable que se deba a una combinación de factores ambientales y genéticos.
La exposición a varios irritantes y a sustancias que desencadenan alergias (alérgenos) puede provocar signos y síntomas de asma. Los desencadenantes del asma varían de una persona a otra y pueden incluir los siguientes:
- Alérgenos aerotransportados, como el polen, los ácaros, moho, etc.
- Infecciones respiratorias.
- Aire frío.
- Tabaco.
- Contaminantes del aire e irritantes, como el humo.
- Ciertos medicamentos, como la aspirina y los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno.
- Emociones fuertes y estrés.
- Sulfitos y conservantes añadidos a algunos tipos de alimentos y bebidas.
- Enfermedad por reflujo gastroesofágico, un trastorno en el que los ácidos estomacales se acumulan.
¿Qué síntomas son los más frecuentes?
Entre los síntomas más frecuentes encontramos los siguientes:
- Dificultad para respirar que empeora con el ejercicio.
- Tos.
- Silbidos o sibilancias.
- Dolor o rigidez en el pecho.
Necesita atención médica urgente en caso de presentar:
- Dificultad respiratoria extrema.
- Labios y cara de color azulado.
- Pulso rápido.
- Sudoración.
- Dificultad para hablar, somnolencia o confusión.
El asma no se puede curar, pero sí aliviar con distintos tratamientos. Es habitual usar inhaladores y antihistamínicos (asma alérgica). Los inhaladores pueden contener tres tipos de fármacos:
- broncodilatadores, como el salbutamol.
- anticolinérgicos, como el ipratropio.
- corticosteroides, como la beclometasona.
Estos tratamientos reducen la inflamación de las vías respiratorias y, de ese modo, alivian los síntomas del asma y reducen el riesgo de que se produzcan crisis asmáticas intensas.
A menudo, las personas asmáticas han de usar un inhalador a diario, si bien el tratamiento depende de la frecuencia de los síntomas y de los distintos tipos de inhaladores disponibles. Algunos pacientes deben combinar los 3 tipos a diario. Es importante conocer y llevar a cabo una adecuada técnica de inhalación del dispositivo de inhalación prescrito.
En casos que no responden adecuadamente a los inhaladores se valora junto con el paciente iniciar un tratamiento biológico. Estos son los llamados “anticuerpos monoclonales” que actúan a nivel inmunológico en la inflamación.
Fecha de actualización:
18/05/2024
Autoría y revisión:
NEUMOLOGIA