Escuela de pacientes
SEFH

Hipertensión Pulmonar

¿Qué es?

La hipertensión pulmonar es una situación patológica en la que las presiones de la circulación sanguínea pulmonar (arterias pulmonares) están aumentadas.

Las arterias pulmonares se estrechan bloquean o destruyen ocasionando un flujo sanguíneo más lento a través de los pulmones, originando un aumento de la presión en dichas arterias pulmonares. En esta situación, el corazón debe trabajar más para bombear sangre a los pulmones, ocasionando un aumento de tamaño en el ventrículo derecho del corazón al ser éste el responsable de la circulación sanguínea pulmonar.

La hipertensión pulmonar es un importante problema sanitario a nivel mundial. Todos los grupos de edad están afectados. Las estimaciones actuales indican una prevalencia de la hipertensión pulmonar de alrededor del 1% de la población global. Debido a que las enfermedades cardiacas y pulmonares pueden causar HP, la prevalencia es más alta en individuos mayores de 65 años. Globalmente, la cardiopatía izquierda es la causa principal de hipertensión pulmonar, mientras que enfermedad pulmonar, particularmente la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), es la segunda causa más frecuente.

Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar hipertensión pulmonar destacan los siguientes:

  • Antecedentes familiares de esta afección
  • Sobrepeso
  • Fumar
  • Trastornos de coagulación de la sangre o antecedentes familiares de coágulos sanguíneos en los pulmones.
  • Exposición al asbesto
  • Algún problema cardíaco de nacimiento, llamado defecto cardíaco congénito.
  • Vivir en una zona de gran altitud
  • Consumo de ciertos fármacos, como medicamentos para bajar de peso y drogas ilícitas, como cocaína o anfetaminas.

La fase inicial de la enfermedad suele ser asintomática y la aparición de las primeras manifestaciones clínicas (disnea, mareos, fatiga, dolor torácico, palpitaciones…) suele ser coincidente con el patrón que presentan muchas otras patologías comunes, incluyendo enfermedades pulmonares y cardíacas.

A pesar de que los síntomas de la hipertensión pulmonar son progresivos, a menudo no hay síntomas ni signos aparentes de enfermedad cuando el paciente está en reposo. El resultado de este patrón sintomático inespecífico tiene como resultado un retraso diagnóstico para el paciente.

Los principales síntomas de la hipertensión pulmonar son:

  • Falta  de aire, al principio mientras haces ejercicio y con el tiempo mientras estás en reposo.
  • Agotamiento excesivo.
  • Síncope (desmayo).
  • Mareos al subir escaleras o cambiar de posición.
  • Angina, dolor en el pecho, especialmente durante la actividad física.
  • Piel de color azul o gris debido a bajos niveles de oxígeno.
  • Disminución progresiva de la capacidad de ejercicio.
  • Palpitaciones, son sensaciones de latidos cardíacos que se perciben como si el corazón estuviera latiendo con violencia o acelerando.
  • Hinchazón de piernas y  tobillos.
  • Tos.
  • Hemoptisis (expectoración de sangre proveniente de los pulmones o los bronquios).

Los tratamientos existentes tienen como objetivo la dilatación de los vasos sanguíneos pulmonares (vasodilatación) para provocar una disminución de la presión de las arterias de los pulmones.

Podemos distinguir 5 grandes grupos de tratamiento en función de cómo originen la vasodilatación:

  • Antagonistas de los receptos de la endotelina: ambrisentan, bosentan y macitentan.
  • Inhibidores de la fosfodiesterasa 5: tadalafilo y sildenafilo.
  • Estimuladores de la guanilato ciclasa soluble: riociguat.
  • Agonistas de los receptoes de la psotaciclina: selexipag.
  • Análogos de la prostaciclina: treprostinil, iloprost, epoprostenol y beraprost.

Enfermedades Respiratorias

Medicamentos relacionados

La lista de medicamentos no es exhaustiva y está en constante actualización.

Fecha de actualización: 18/05/2024
Autoría y revisión: NEUMOLOGIA