Neurofibromatosis tipo 1
La neurofibromatosis tipo 1 (NF1), también llamada enfermedad de Von Recklinghausen, es una enfermedad multisistémica que afecta fundamentalmente al sistema nervioso y a la piel. Se caracteriza principalmente por la presencia de manchas café con leche en la piel, pecas en axilas e ingles, “nódulos de Lisch”en el iris del ojo, neurofibromas cutáneos y un mayor riesgo de padecer otro tipo de tumores.
La NF1 se presenta en 1 cada 2.500 o 3.500 recién nacidos, afectando de la misma manera a niños y niñas.
Es una enfermedad genética que puede transmitirse de padres a hijos. Esto significa que si un padre tiene la enfermedad, hay un 50% de probabilidad de que cada uno de sus hijos la padezca. Sin embargo, aproximadamente la mitad de las personas con NF1 no tienen antecedentes familiares y por tanto, padecen la enfermedad por mutaciones esporádicas en el gen de la NF1 u otros genes relacionados.
¿Cuáles son las causas de su aparición?
El “gen NF1” da lugar en el organismo a una proteína denominada neurofibromina. Esta se distribuye de forma uniforme por todo el organismo, por lo que las complicaciones pueden afectar a prácticamente cualquier parte del cuerpo.
La neurofibromina es una proteína que ayuda a regular el crecimiento y la división de las células en nuestro cuerpo bloqueando la vía enzimática RAS/MAPK. En las personas con NF1, el gen NF1 está mutado y esta regulación no funciona correctamente, lo que provoca un crecimiento descontrolado de las células. Como resultado, pueden aparecer tumores y neurofibromas.
Debido a la gran cantidad de síntomas diferentes que pueden tener los pacientes con NF1, la realización de estudios genéticos puede ayudar a confirmar el diagnóstico y a detectar otras mutaciones en genes que participan en la vía RAS/MAPK que pueden ayudar a predecir si un paciente tiene mayor riesgo de desarrollar tumores.
¿Qué síntomas son los más frecuentes?
Por lo general, no hay pacientes asintomáticos, sin embargo, algunos pueden tener únicamente síntomas cutáneos sin presentar grandes complicaciones a lo largo de su vida.
Las manifestaciones o síntomas de la NF1 son muy variables. No todos los pacientes tienen los mismos síntomas, y no todos los síntomas se presentan desde el nacimiento, sino que aparecen con la edad.
Algunos de los síntomas o manifestaciones más características de la NF1 son:
En la piel:
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Manchas en la piel de color café con leche
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Pecas en axilas o ingles
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Xantogranuloma juvenil: pequeñas protuberancias de color rosado o rojizo que aparecen en cabeza, cuello y tronco.
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Nevus anémico: Área pálida o blanquecina con bordes irregulares que aparece en el tronco.
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Picor de la piel
En los ojos: Nódulos de Lisch: tumores benignos de 1-2 mm de diámetro que aparecen en el iris a partir de los 3 años de edad.
En el sistema nervioso periférico: Neurofibromas cutáneos o subcutáneos (tumores benignos que se desarrollan sobre la piel o en capas más profundas de la piel a partir de la estructura de los nervios) y plexiformes (tumores de mayor tamaño, difusos y con bordes irregulares que se originan a partir de las estructuras que rodean y protegen los grandes nervios)
Tumores:
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Glioma de vía óptica: tumores que se originan en los nervios ópticos del cerebro y sus estructuras cercanas.
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Tumores malignos de la vaina de los nervios periféricos: tumores originador en las estructuras que rodean los nervios, generalmente de los brazos y piernas.
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Otros tumores como el rabdomiosarcoma embrionario, leucemias y feocromocitoma
Otros síntomas neurológicos: discapacidad intelectual, dificultades de aprendizaje, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y epilepsia.
Otras manifestaciones: Macrocefalia (circunferencia de la cabeza más grande de lo habitual), estatura baja, escoliosis, cardiopatía congénita e hipertensión arterial.
Debido a la gran variedad de síntomas y manifestaciones diferentes, el tratamiento de la NF1 a menudo requiere la colaboración de diferentes especialistas, con reuniones periódicas, involucrando a dermatólogos, neurólogos, oncólogos, cirujanos y oftalmólogos.
En el tratamiento de las manifestaciones más frecuentes destaca:
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Los gliomas de vías ópticas por lo general no suelen requerir tratamiento a menos que causen síntomas como hidrocefalia (acumulación de líquido en el cerebro, protusión del globo ocular, o pubertad precoz. El tratamiento de elección es la quimioterapia, y la cirugía en caso de tumores oculares de gran tamaño.
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Los neurofibromas cutáneos no suelen requerir tratamiento más allá del alivio del prurito o de la mejora del aspecto. Los neurofibromas plexiformes suelen requerir cirugía, aunque en ocasiones son tumores profundos difíciles de eliminar, apareciendo de nuevo tras la intervención. Otras opciones pueden ser la quimioterapia , radioterapia o fármacos inhibidores de quinasas MEK, como selumetinib, que bloquean la vía RAS/MAPK activada en los pacientes con NF1.
Fecha de actualización:
25/11/2024
Autoría y revisión:
GEFP