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Dermatitis atópica

¿Qué es?

La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel, caracterizada por la presencia de lesiones eccematosas localizadas, pruriginosas y recurrentes, que a menudo presentan fluctuación estacional.

La dermatitis atópica es una de las enfermedades más frecuentes de la piel, con una prevalencia estimada entre el 15 y el 20% en niños y de hasta el 10% en adultos. Afecta a ambos sexos y varía entre razas y grupos étnicos. El incremento de prevalencia en países desarrollados e industrializados podría relacionarse con factores ambientales como la exposición a la contaminación ambiental y la utilización de productos de higiene. La prevalencia en población española es del 2,8%, y del 0,1% para la forma grave.  

La causa es desconocida pero las investigaciones apuntan a una compleja interacción entre factores genéticos, inmunológicos y ambientales (contaminación, clima seco ...).

Inicialmente, se produciría una alteración en la barrera cutánea que favorecería la entrada de alérgenos y microorganismos, dañando  las células de la piel (queratocitos) y desencadenando una respuesta inflamatoria.

Algunos de los factores que pueden precipitar un episodio de dermatitis atópica (desencadenantes) son el polen, polvo doméstico, ácaros, caspa de animales, tejidos irritantes (ej. lana con fibras gruesas), humo de tabaco,estrés o alergias alimentarias. 

Las manifestaciones cutáneas (pápulas, papulo‐vesículas, edema, costras y descamación, hiperpigmentación o hipopigmentación de las lesiones tras la curación) suelen ser los únicos síntomas visibles de la dermatitis atópica, siendo el prurito o picor un síntoma característico. 

Esta enfermedad se encuentra asociada a otras comorbilidades tanto atópicas (asma, rinitis alérgica, rinoconjuntivitis, alergias alimentarias y dermatitis de contacto) como no atópicas (enfermedad inflamatoria intestinal, infecciones cutáneas, artritis reumatoide, alteraciones del sueño, depresión, ansiedad y enfermedades cardiovasculares) que pueden afectar de forma importante a la calidad de vida de los pacientes y sus familiares.

El objetivo principal del tratamiento es obtener la remisión de los síntomas y evitar la aparición de nuevos brotes de la enfermedad. 

La dermatitis atópica leve-moderada se trata fundamentalmente con tratamientos tópicos (corticoides e inhibidores de la calcineurina, como el tacrolimus). En caso de que no se responda a esta terapia, se pueden plantear otras alternativas clásicas como la fototerapia o el empleo sistémico de inmunomoduladores (ciclosporina, metotrexato, micofenolato de mofetilo, azatioprina).

Actualmente, en dermatitis atópica moderada-grave se están empleando fármacos biológicos (dupilumab o tralokinumab) e inhibidores selectivos de las enzimas janus quinasa (baricitinib, upadacitinib y abrocitinib).

Enfermedades Dermatológicas

Toda la información contenida en esta ficha de enfermedad es aplicable a la población pediátrica y adolescente.

La dermatitis atópica es más común en bebés y niños. Puede aparecer precozmente, entre los 2 y 6 meses. Muchas personas lo superan en la edad adulta temprana.

Las caracteríticas clínicas varían con la edad:

  • lactante (2 meses-2 años) predominan los parches inflamatorios y placas costrosas en cara, cuello e ingles.
  • niños (2-10 años), aparecen lesiones en la piel de las flexuras de codo, rodilla, pero también pápulas en tronco y extremidades.
  • adolescentes, afectación sobre todo de nuca, cuello, dorso de los pies y muñecas. 

La dermatitis atópica se llama a menudo "erupciones que pican" debido a que primero comienza la picazón, y luego sigue la erupción de la piel, a veces en parte como consecuencia del rascado. Para ayudar a su hijo a evitar rascarse:

  • Siga las recomendaciones de aseo en el hogar y cuidado de la piel, use crema hidratante y el resto de productos y medicamentos que prescriba su médico.
  • Mantenga las uñas del niño bien cortas. Intente que use guantes livianos mientras duerme.
  • En cuanto sea posible, explique a su hijo la importancia de no rascarse cuando la piel está irritada y descamada.

Póngase en contacto con su médico o farmacéutico de su hijo si:

  • La dermatitis atópica no mejora con el cuidado recomendado en el hogar.
  • Los síntomas empeoran o el tratamiento no funciona.
  • Si observa signos de infección, tales como enrojecimiento, pus o protuberancias llenas de líquido en la piel, fiebre, o dolor.

Fecha de actualización: 07/05/2024
Autoría y revisión: GTEII
Coautores: GEFP