Escuela de pacientes
SEFH

Disfagia

¿Qué es?

La disfagia es la dificultad o incapacidad del paso de alimentos o líquidos desde la boca hasta el estómago.

Se conocen dos tipos de disfagia:

  • Disfagia orofaríngea. Es la más habitual e implica principalmente la dificultad en la toma de los líquidos. Representa el 80% de las personas diagnosticadas de disfagia.
  • Disfagia esofágica: la persona siente que el bolo se detiene en el esófago y no se desplaza hacia el estómago.

Afecta al 3% de la población general y al 10-30% de las personas mayores de 65 años.

Determinadas enfermedades  y condiciones clínicas que se indicarán más adelante son las responsables de la aparición de la disfagia.

Las causas de la disfagia orofaríngea (la más habitual) son diversas y entre las más frecuentes encontramos las siguientes:

  • Pacientes con ictus o accidente cerebrovascular.
  • Pacientes con traumatismo craneoencefálico.
  • Pacientes que padecen enfermedades neurodegenerativas como la demencia, la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple o la Esclerosis lateral amniotrófica (ELA).
  • Pacientes con parálisis cerebral infantil.
  • Pacientes con tumores de cabeza y cuello.
  • Pacientes postintubación en UCI.
  • Algunos medicamentos pueden causar disfagia.

Los signos y síntomas más frecuentes de la disfagia orofaríngea son los siguientes:

  • Aparición de tos durante o después de la ingesta de líquidos
  • Síntomas de atragantamiento
  • Inadecuado cierre labial que impide el mantenimiento de líquidos o alimentos en la boca
  • Regurgitación nasal o expulsión de alimentos por la boca
  • Infecciones respiratorias de repeticición

Las complicaciones más graves que se pueden producir cuando un paciente padece disfagia orofaríngea son:

  • Aspiración del líquido y/o alimento que puede llegar a los pulmones ocasionando neumonías por aspiración
  • Malnutrición y deshidratación por dificultad en la ingestión de alimentos y líquidos
  • Aislamiento social ante la dificultad de deglutir con seguridad

Los tratamientos actuales van encaminados a prevenir las complicaciones que pueden producirse y abarcan cuatro dimensiones: 

  1. Adaptación de la consistencia de los líquidos: Los líquidos deben espesarse a diferentes texturas o consistencias (néctar, miel y pudding) según la gravedad de la disfagia. Para ello se recurre a la utilización de espesantes comercializados para adaptar la textura de los líquidos.
  2. Adaptación de la consistencia de los alimentos: dependiendo de la severidad de la misma, se adaptará la dieta en diferentes grados, desde una dieta de fácil deglución evitando las dobles texturas y los alimentos de riesgo a una dieta triturada, pudiendo ser necesario la colocación de una sonda de alimentación y la utilización de nutrición enteral por esa vía.
    • Los principales alimentos de riesgo que debemos evitar en este tipo de pacientes son:
      • Alimentos pegajosos (caramelos, pan húmedo)
      • Dobles consistencias (leche con galletas, caldo con fideos)
      • Alimentos que desprenden líquido (sandía, melón, naranja)
  3. Uso de técnicas compensatoriasy rehabilitadoras:
    • Adecuada higiene oral
    • Medidas posturales
    • Ejercicios específicos de rehabilitación de la musculatura encargada de la deglución
  4. Adaptaciones farmacológicas: Adaptación de las presentaciones de los medicamentos para que sean más fáciles de administrar y continúen siendo efectivos. Se utilizan formas farmacéuticas bucodispersables, formas sólidas que puedan triturarse y mezclarse con una pequeña cantidad de alimento y formas líquidas que se puedan mezclar con espesante y ser administradas al paciente.

Enfermedades del Aparato Digestivo

La disfagia orofaríngea en la edad pediátrica es más frecuente en niños con enfermedades neurológicas o del neurodesarrollo.

El manejo de la enfermedad en la población pediátrica es similar a la población adulta, pero en los niños con disfagia podemos destacar algunos síntomas o signos:

  • Extensión  del cuello hacia atrás cuando come. 
  • Retención de la comida en la boca y necesidad de realizar varios intentos para tragarla. 
  • Desinterés por comer, ya que le supone un gran esfuerzo.
  • Rechazo a ciertos alimentos que antes tomaba. 
  • Cambio del color de la cara y/o labios cuando come.
  • Pérdida de peso. 
  • Come más despacio de lo habitual.

El tratamiento rehabilitador de cada niño con disfagia ha de realizarse de forma individualizada y guiada por los profesionales adecuados. Sin embargo, damos algunas recomendaciones para ayudarle y facilitar el momento de la comida:

  • En niños pequeños, como neonatos o lactantes, evitar la extensión excesiva del cuello mediante el uso de cojines o soportes. Los niños más mayores deben comer sentados, con las espalda recta y bien apoyados, ayudándose de soportes para piernas o sillas adaptadas con apoyo de cabeza si fuese necesario.
  • No es recomendable reclinar al niño en el momento de comer o beber, cuanto más incorporado esté mejor. 
  • El cuidador debe colocarse enfrente del niño en una silla a una altura igual o menor, nunca de pié, y evitar que el haz de luz se sitúe tras él, ya que es importante el reconocimiento de la figura, sobre todo en los lactantes.
  • La fatiga y el cansancio aumentan el riesgo de aspiración, se recomienda programar las comidas cuando el niño se encuentre más descansado. 

Fecha de actualización: 11/11/2024
Autoría y revisión: NUTRICIÓN
Coautores: GEFP